赤い Rojo (akai)
"De que tus ojos son cafes"- dijo él y dio un paso más.
"¿Apenas te acabas de dar cuenta de eso?"- grito ella molesta echandose para atrás sólo para descubrir que la pared estaba más cerca de lo que había esperado: -"Años de conocernos y apenas ahora te das cuenta que mis ojos son cafes"- exclamo exasperada no tanto con él, sino con esa maldita pared que no parecía querer ceder ante su peso y desaparecer de una buena vez para que ella pudiera poner la prudente distancia que sentía necesitar ahora que solo había cuatro pasos entre ambos.
"Claro que me había dado cuenta que tus ojos eran cafes, es sólo que nunca había notado que tan cafes"- dijo él y se acerco un paso más viendo fijamente los ojos de ella. ¿Por qué nunca había notado lo diferentes que eran los ojos de ella?
'Tres pasos, tres pasos, tres pasos'- repetía ella en su mente mientras no dejaba de notar la peligrosa cercanía de sus labios.
"Debe ser la luz del sol"- dijo él y un paso más; ahora solo eran dos pasos y ella comenzaba a preguntarse si él lo hacía a proposito o si en verdad era tan estúpido como para no darse cuenta de lo que le estaba haciendo a ella y su salud mental.
"O tal vez sea porque..."- pero no pudo terminar su frase porque al momento que estaba por tomar el ultimo paso hacia ella fue empujado hacia atrás con fuerza casi logrando que perdiera el equilibrio.
"¡¿Qué te pasa?!"- gritó él furioso logrando estabilizar su caida.
"Espacio personal"- murmuro ella alejandose de él: -"Tu pusiste esa regla, ¿recuerdas?"- y volteando hacia él cruzaron miradas por unos segundos antes de que ella de nuevo se diera la vuelta y continuara caminando: -"Voy a tomar un baño"- y sin más desapareció trá la puerta de su recamara.
Él dió un par de pasos tentativos hacia donde ella había ido, pero al contemplar la puerta cerrada desistió de su idea.
Resoplando molestó por quien sabe que razones se permitió desparramarse de nuevo en el sillón.
Cierto, él había puesto esa regla entre ellos hacia varios años atrás.
'¿Por qué la puse?'- pensó para sí mismo. Sí, ya recordaba porque la puso...
Se levanto rapidamente del sillón y se dirigió hacia la computadora; estaba en stand-by, pero no le sería dificil adivinar la contraseña. Trato con "yaoi" y nada, tal vez alguno de sus animes favoritos, pero igual nada. Observo por un momento su reflejo en la pantalla sin poder reconocer la expresión que tenía; ¿era enojo? ¿frustración? ¿duda? ¿o acaso esa expresión sería aquella que pone una persona que no quería reconocer que se moría de ganas de ir corriendo al baño de ella, abrir la puerta y contemplarla en su hermosa desnudez?
Gruño enojado consigo mismo por aquel pensamiento y de nuevo se puso en pie y comenzo a pasearse de un lado al otro, no tardo mucho en darse cuenta que el departamento era más pequeño de lo que a él le había parecido la primera vez que había venido al lugar.
Se detuvo en seco al tiempo que su mente le proveía de recuerdos de aquella "primera vez" en el lugar. Se quedo absorto en sus recuerdos, porque aunque tratara de pretender que no estaban ahí, eso no lograria que simplemente desaparecieran.
Los recuerdos ahí estaban, igual que aquel sillón y la mesita de centro con la que había tropezado aquella noche y también estaba el librero contra el que habían chocado mientras trastabillaban hacia el cuarto de ella, donde seguramente ella se encontraba ahora en...
"¡¡¡NO!!!"- gritó él golpeando su frente repetidas veces tratando de metaforicamente sacar esos pensamientos de su cabeza.
"¿No qué?"- escucho una voz preguntar que lo hizo retroceder sorprendido.
"Nada, yo..." -comenzó él, pero no pudo terminar su oración porque ella ya caminaba hacia él; cabello humedo cayendo sobre sus hombros descubiertos.
TBC
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