"Sí... fue en esta pared"- contesto y pudo sentir que algo comenzaba a derrumbarse en algun lugar.
No quería verla, no debía verla; porque si lo hacia trataría de besarla, de tocarla, de hacerse uno con ella... Pero él no se podía permitir eso, no ahora, no nunca...
Sin embargo, no pudo detenerse cuando volteo hacia ella atraido por el sonido de su voz. Y de nuevo lo embargo esa sensación de reminiscencia, sabía que lo iba a recordar todo, pero también sabía que a ella le estaba pasando lo mismo.
'Al menos no iré solo a ese lugar'- pensó mientras se permitía embargarse en ese mar de recuerdos.

La noche que la conoció cerca de la fuente...
¿Qué era lo que hacía en un lugar así? Ahora no importaba, sólo tendría que esperar una media hora más y habría cumplido con su compromiso.
El jardín por el que se paseaba era hermoso, sobre todo la fuente en el centro.
Saboreo su soledad y tranquilidad, había sido una noche ajetreada y comenzaba a sospechar que había bebido demasiado cuando vio una mujer parada en uno de los jardines circundantes.
Él se acerco a ella sin saber muy bien porque lo hacía; tal vez era el alcohol en su sistema o tal vez era que se veía bellisima o tal vez era que a él le estaba pudiendo la soledad después de todo.
Ella volteo hacia él y lo siguió con la mirada.
Había algo en él, ella lo pudo percibir desde que sus miradas se cruzaron, un cierto aire de cercanía lo rodeaba, casi como si se conocieran de tiempo atrás.
Cuando él estuvo por fin cerca no pudo evitar sonreir al verle el rostro.
¿Cómo te llamas?'- pregunto ella...
'¿Cómo quieres que me llame?'- contestó él con una pregunta.
'No me digas entonces, así podre llamarte como yo quiera'- dijo ella juguetona
'¿Y como vas a llamarme?'- preguntó él notando el vaso que ella sostenía en su mano derecha.
'Mmmm... no sé...'- dijo inspecionandolo con la mirada y de nuevo sus ojos se cruzaron:- 'Rojo...'- dijo ella casi en un suspiro.
A él se le escapo una risa de los labios: -'¿Entonces puedo llamarte Azul?'- preguntó.
'Claro que puedes... porque así me llamo'- dijo ella entre risas.
Se miraron un momento en silencio.
'Entremos, quiero otro vodka'- dijo ella y comenzo a caminar hacia el interior. Se detuvo y tomó una diente de león.
Sus labios soplando las cipselas de una diente de león... Como quería besarla entonces...
¿Por qué sentiría eso si acababa de conocerla? Quién sabe, no importaba, tal vez era el alcohol por fin llegandole a los sentidos.
Nada más serían 30 minutos más, pero esos minutos se convirtieorn en 2 horas más mientras ambos platicaban de todo y de nada. Tanto él como ella eran personas de pocas palabras, por lo tanto se sentían sumamente a gusto juntos sin necesidad de hacer gran conversación con el otro, porque sabían apreciar sus silencios.
La música se alcanzaba a escuchar hasta donde ellos estaban.
'Creo que he tomado demasiado'- dijo él solo por decir algo.
'¿Por qué lo dices?'- dijo ella sin voltear hacai él.
'Porque...'- comenzó a decir, pero no continuo.
El vaso posado en sus labios mientras bebía otro vodka...
¿Por qué su boca le parecía tan interesante?
'Vamonos de aquí'- dijo ella de repente y volteo hacia él.
'¿Y a dónde iriamos?'- preguntó él tropezando con sus palabras, pero no estaba seguro si era por el alcohol o por la intensa mirada de ella.
'Ven'- dijo ella y sin pensarselo lo tomó de la mano y lo guió cerca de la fuente donde la música era más clara: -'Aquí'- dijo y tomando las manos de él la coloco en su espalda baja: -'Baila conmigo'- y comenzo a moverse al compás de la música.
La sensación de su espalda baja mientras la sostenía al bailar con ella tambalandose de borrachos...
'Creo que estamos borrachos'- murmuro él.
'¿Y qué si lo estamos? ¿No te gusta bailar conmigo?'- preguntó ella acercandose demasiado a él.
'Sí, sí me gusta...'- contestó él; ya ni siquiera estaba seguro de que era lo que estaban diciendose, pero no importaba, lo unico que importaba es que estaban cerca... muy cerca...
'A mi también me gusta'- dijo ella y se acomodó mejor entre los brazos de él.
'Me gusta tu olor... es como de vainilla'- dijo él...

No se habían dado cuenta como, pero ya habían sanjado la distancia que los separaba e incluso esos escasos centimetros que ahora separaban sus bocas les parecían demasiado.
"Esto no está bien..."- murmuro ella sin darse cuenta que ya estaba cerrando la distancia que los dividía:- "Tu no puedes..."- pero fue ella la que no pudo terminar la frase; los labios de él ya se encontraban sobre los suyos.
Ya después solucionarían el asunto de que él era sacerdote...

TBC...